divendres, d’abril 29

Intervenció sobre la Llei que modifica el PHN

Damos por defendidas nuestras enmiendas. Señorías, hoy es un gran día, hoy es un gran día para todos aquellos ciudadanos y ciudadanas que son conscientes de la fragilidad de nuestros ecosistemas, de nuestro medio ambiente. Es un gran día para aquellos ciudadanos y ciudadanas que, conscientes de la grave amenaza para el delta del Ebro que suponía el trasvase del Ebro, se movilizaron para conseguir su derogación. Y es un gran día para nuestro Grupo Parlamentario de Esquerra Republicana, que puede ser portavoz de la voluntad de aquellos ciudadanos y ciudadanas que depositaron en nosotros su confianza.


Ante todo quiero saludar a los representantes de la plataforma para la defensa del Ebro, porque con su dedicación, su tenacidad, buscando criterios científicos, huyendo de demagogias han sentado un precedente en la forma de trabajar de las plataformas cívicas; sin su esfuerzo no sé si hoy estaríamos debatiendo este proyecto de ley. Han sido incansables, han viajado a Madrid, han viajado a Barcelona, han viajado a Bruselas y gracias a su esfuerzo hoy han tenido resultados. Durante el trámite de este proyecto de ley ha habido muchas ocasiones de debate, ha habido tiempo de escuchar a comparecientes científicos y reflexionar sobre la llamada nueva cultura del agua. Pero a la vista de las
enmiendas, el Grupo Parlamentario Popular no ha entendido o no ha querido escuchar. Se ha mantenido en su postura a favor del trasvase. Señorías del Grupo Popular, tienen ustedes razón, el agua es para todos y el delta del Ebro es para todos, para las personas que viven en él y para los nietos de los valencianos que espero algún día puedan visitar, y para los miles de ciudadanos de todo el mundo que vienen a conocer este paraje incomparable, fruto de la labor paciente de la naturaleza, que algunos pretenden destruir por intereses particulares. Para ello no han dudado ustedes en utilizar la demagogia, incluso incentivar el odio. Encender la llama del odio es muy fácil, más cuando se puede acusar a los catalanes.
En España odiar a los catalanes siempre es rentable electoralmente. En este caso, como se nos podía acusar a los catalanes de insolidarios, era perfecto para establecer una estrategia de demagogia y encender los ánimos a favor del trasvase, argumentando unas necesidades hídricas, que si bien en parte existen, ustedes saben que no es viable satisfacerlas a base de grandes infraestructuras. Consideren, por favor, que si bien es fácil encender la llama del odio, no lo es tanto apagarla. Ya sé que pedir al Grupo Popular que reflexione sobre su actitud hacia el trasvase es inútil; es inútil porque es un partido coherente y como partido de derechas debe defender los intereses de los lobbies a quienes representan. La izquierda debe defender los derechos de la mayoría, la que no posee medios materiales de presión. Esta coherencia de la derecha es la que pedimos al partido del Gobierno.


En el plan hidrológico del Grupo Popular está incluido el trasvase Júcar-Vinalopó. Ya debatimos en esta Cámara las causas por las que opinamos que no es viable este trasvase. En la permanencia de esta obra en el plan hidrológico es donde vemos la falta de coherencia de la política ambiental del Gobierno socialista, cuando la propia ministra lo ha calificado como un engaño. Está viendo que el Júcar no dispone de suficiente agua para trasvasar y va a construirse un canal de más de 50 kilómetros, que supondrá un fuerte impacto ambiental en una zona que debería ser parque natural. El caudal del Júcar ha bajado drásticamente en los últimos años. El propio canal del Júcar es el ejemplo que el Libro Blanco del agua utiliza para demostrar hasta qué punto un río pierde caudal por la intervención humana.


Según la declaración de impacto ambiental de la conducción, las aguas del trasvase deben proceder exclusivamente del río Júcar. Deberá tenerse en cuenta que estudios recientes sobre la Albufera alertan que el agua del Júcar es vital para su equilibrio ambiental. La propia Comisión Europea, en su comunicación sobre las condiciones para la financiación, apunta que las aguas trasvasables deben proceder principalmente de la optimización de regadíos. Esto significa que las aguas del Júcar, que ahora llegan a la Albufera mediante riegos por inundación, en el momento en que se optimicen los regadíos dejarán de llegar a la Albufera y se trasvasarán a Alicante, es decir, estamos poniendo en peligro el ecosistema de la Albufera. ¿Por qué? ¿A cambio de qué? ¿De mantener una economía basada en la construcción? El crecimiento basado en la construcción conlleva unos costes que después pagamos con fondos públicos. Los jubilados de la verde Europa deben saber que en el Mediterráneo, si bien hay mucho sol, hay poco agua y muy cara. Sabemos que ha habido presiones, pero creemos que es un gran error seguir con esta obra. Ayer se publicó en la prensa que el presidente de la Comunidad Valenciana tiene la intención, una vez organizada la costa, de seguir la intensa urbanización en las comarcas del interior, incluido el Vinalopó.


Señora ministra, si el Partido Popular, siguiendo su coherente política de derechas, de velar por los intereses de los constructores y promotores, a costa del bien común, como es el agua, continúa presionando a los medios de comunicación sobre la necesidad imperiosa de esta obra, usted debería considerar seriamente su posicionamiento. A pesar de esta incoherencia del Gobierno, votaremos a favor de esta modificación del Plan Hidrológico Nacional, sabiendo -y en ello vamos a trabajar- que no será la última modificación del Plan hidrológico del Partido Popular, pero daremos libertad de voto a los componentes de nuestro grupo parlamentario porque, a pesar de los grandes avances que supone esta modificación, hay muchos puntos que deberían mejorar y vamos a trabajar para que mejore.


Muchas gracias.

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